Members Can Post Anonymously On This Site
Las mejores imágenes de las investigaciones en la estación del 2023
-
Similar Topics
-
By NASA
Jonathan Gardner of NASA’s Goddard Space Flight Center in Greenbelt, Maryland, was selected as a 2023 Fellow of the American Astronomical Society (AAS) for extraordinary achievement and service. He is being recognized for exceptional community service and scientific leadership of NASA’s James Webb Space Telescope science teams, leading to Webb’s flight hardware exceeding all of its requirements.
Dr. Jonathan Gardner is the Deputy Senior Project Scientist for the James Webb Space Telescope at NASA’s Goddard Space Flight Center in Greenbelt, Maryland.Credits: Courtesy of Jonathan Gardner Gardner is the deputy senior project scientist for the Webb telescope in Goddard’s Astrophysics Science Division. Webb, which launched Dec. 25, 2021, is the largest, most powerful, and most complex space science telescope ever built. Webb is solving mysteries in our solar system, looking beyond to distant worlds around other stars, and probing the mysterious structures and origins of our universe and our place in it. Webb is an international program led by NASA with its partners, ESA (European Space Agency) and the Canadian Space Agency.
John Mather, senior project scientist on Webb and a senior astrophysicist at Goddard, nominated Gardner for the fellowship. In his nomination, Mather wrote:
“Jonathan Gardner is a quiet superstar, well known to the Webb community. As deputy senior project scientist for Webb, Gardner represents the senior project scientist in all aspects of the mission, with responsibility for ensuring Webb’s scientific performance. Gardner is a tireless advocate for the scientific vision and its accurate implementation. He is the main spokesperson for Webb science throughout NASA and in the wider astronomy community. He is the person most responsible for keeping the science teams working well together and for communicating with other astronomers.”
Gardner began working on Webb as a member of the Ad-Hoc Science Working Group in the late 1990s, joining the project as the deputy senior project scientist in 2002.
Beginning in 2002, Gardner organized all the meetings and communications of the Science Working Group, which included people from the U.S., Europe, and Canada, including instrument teams and other partners. He recruited Goddard scientists for the mission’s Project Science Team, and ensured a scientist was assigned to every engineering topic. Gardner also wrote and published the scientific requirements in a dedicated issue of Space Science Reviews. He set up the Science Requirements Analysis Board to review any potential threats to the scientific goals of the mission and worked with engineering teams to avoid any failures. He represented scientific interests throughout the engineering project and throughout NASA, by ensuring regular communication between scientists, managers, and engineers.
The 2023 AAS Fellows are recognized for enhancing and sharing humanity’s scientific understanding of the universe through personal achievement and extraordinary service to the astronomical sciences and to the AAS.
AAS, established in 1899, is a major international organization of professional astronomers, astronomy educators, and amateur astronomers. Its membership of approximately 8,000 also includes physicists, geologists, engineers, and others whose interests lie within the broad spectrum of subjects now comprising the astronomical sciences. The mission of the AAS is to enhance and share humanity’s scientific understanding of the universe as a diverse and inclusive astronomical community, which it achieves through publishing, meetings, science advocacy, education and outreach, and training and professional development.
For information about NASA and agency programs, visit: https://www.nasa.gov
By Robert Gutro
NASA’s Goddard Space Flight Center, Greenbelt, Md.
View the full article
-
By NASA
En este fotograma de vídeo, Jason Dworkin sostiene un vial que contiene parte de la muestra del asteroide Bennu que la misión OSIRIS-REx (Orígenes, Interpretación Espectral, Identificación de Recursos y Seguridad – Explorador de Regolito) de la NASA trajo a la Tierra en 2023. Dworkin es el científico del proyecto de la misión en el Centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA en Greenbelt, Maryland.Credit: NASA/James Tralie Read this release in English here.
Los estudios de las rocas y el polvo del asteroide Bennu que fueron traídos a la Tierra por la nave espacial de la misión Orígenes, Interpretación Espectral, Identificación de Recursos y Seguridad – Explorador de Regolito (OSIRIS-REx, por sus siglas en inglés) de la NASA han revelado moléculas que, en nuestro planeta, son clave para la vida, así como un historial de la existencia de agua salada que podría haber servido como “caldo” para que estos compuestos interactuaran y se combinaran.
Los hallazgos no muestran evidencia de vida, pero sí sugieren que las condiciones necesarias para el surgimiento de la vida estaban muy extendidas en todo el sistema solar primitivo, lo que aumentaría las probabilidades de que la vida pudiera haberse formado en otros planetas y lunas.
“La misión OSIRIS-REx de la NASA ya está reescribiendo los libros de texto sobre lo que entendemos acerca de los comienzos de nuestro sistema solar”, dijo Nicky Fox, administradora asociada en la Dirección de Misiones Científicas en la sede de la NASA en Washington. “Los asteroides proporcionan una cápsula del tiempo sobre la historia de nuestro planeta natal, y las muestras de Bennu son fundamentales para nuestra comprensión de qué ingredientes en nuestro sistema solar existían antes de que comenzara la vida en la Tierra”.
En artículos sobre esta investigación científica publicados el miércoles en las revistas Nature y Nature Astronomy, científicos de la NASA y otras instituciones compartieron los resultados de los primeros análisis en profundidad de los minerales y moléculas hallados en las muestras de Bennu, las cuales fueron transportadas a la Tierra por la nave espacial OSIRIS-REx en 2023.
Como se detalla en el artículo de Nature Astronomy, entre las detecciones más significativas se encontraron aminoácidos (14 de los 20 que la vida en la Tierra utiliza para producir proteínas) y las cinco nucleobases (bases nitrogenadas) que la vida en la Tierra utiliza para almacenar y transmitir instrucciones genéticas en moléculas biológicas terrestres más complejas como el ADN y el ARN, incluyendo la forma de organizar los aminoácidos para formar proteínas.
Los científicos también describieron abundancias excepcionalmente altas de amoníaco en las muestras de Bennu. El amoníaco es importante para la biología porque, en las condiciones adecuadas, puede reaccionar con el formaldehído, el cual también fue detectado en las muestras, para formar moléculas complejas como los aminoácidos. Cuando los aminoácidos se unen en cadenas largas, forman proteínas, las cuales impulsan casi todas las funciones biológicas.
Estos componentes básicos para la vida detectados en las muestras de Bennu han sido hallados antes en rocas extraterrestres. Sin embargo, identificarlos en una muestra impoluta obtenida en el espacio respalda la idea de que los objetos que se formaron lejos del Sol podrían haber sido una fuente importante de los ingredientes precursores básicos para la vida en todo el sistema solar.
“Las pistas que estamos buscando son muy minúsculas y se destruyen o alteran con mucha facilidad al exponerse al ambiente de la Tierra”, dijo Danny Glavin, científico principal de muestras en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland, y coautor principal del artículo publicado en Nature Astronomy. “Es por eso que algunos de estos nuevos descubrimientos no serían posibles sin una misión de retorno que trajera las muestras, sin medidas meticulosas de control de la contaminación y sin una cuidadosa curaduría y almacenamiento de este precioso material proveniente de Bennu”.
Mientras que el equipo de Glavin analizó las muestras de Bennu en busca de indicios de compuestos relacionados con la vida, sus colegas, dirigidos por Tim McCoy, quien es curador de meteoritos en el Museo Nacional de Historia Natural del Instituto Smithsonian en Washington, y Sara Russell, mineralogista cósmica en el Museo de Historia Natural de Londres, buscaron pistas sobre el entorno en el que se habrían formado estas moléculas. En un informe publicado en la revista Nature, los científicos describen, además, la evidencia que hallaron de un antiguo entorno propicio para poner en marcha la química de la vida.
Desde calcita hasta halita y silvita, los científicos identificaron en la muestra de Bennu rastros de 11 minerales que se forman a medida que el agua que contiene las sales disueltas en ella se va evaporando a lo largo de extensos períodos de tiempo, dejando atrás las sales en forma de cristales sólidos.
Se han detectado o ha habido indicaciones de la existencia de salmueras similares en todo el sistema solar, incluso en el planeta enano Ceres y la luna Encélado de Saturno.
Aunque los científicos han detectado previamente varias evaporitas en meteoritos que caen a la superficie de la Tierra, nunca han visto un conjunto completo de sales sedimentadas que conservara un proceso de evaporación que podría haber durado miles de años o más. Algunos minerales presentes en Bennu, como la trona, fueron descubiertos por primera vez en muestras extraterrestres.
“Estos artículos científicos realmente se complementan para tratar de explicar cómo los ingredientes de la vida se unieron para hacer lo que vemos en este asteroide alterado acuosamente”, dijo McCoy.
A pesar de todas las respuestas que ha proporcionado la muestra de Bennu, quedan varias preguntas. Muchos aminoácidos se pueden producir en dos versiones de imagen especular, como un par de manos izquierda y derecha. La vida en la Tierra produce casi exclusivamente la variedad levógira (que va hacia la izquierda, o en sentido antihorario), pero las muestras de Bennu contienen una mezcla igual de ambas. Esto significa que, en la Tierra primitiva, los aminoácidos también podrían haber comenzado en una mezcla de iguales proporciones. La razón por la que la vida “giró hacia la izquierda” en lugar de hacia la derecha sigue siendo un misterio.
“OSIRIS-REx ha sido una misión muy exitosa”, dijo Jason Dworkin, científico que trabaja en el proyecto OSIRIS-REx desde el centro Goddard de NASA y es coautor principal del artículo de Nature Astronomy. “Los datos de OSIRIS-REx añaden grandes pinceladas a una imagen de un sistema solar rebosante de potencial para la vida. ¿Por qué nosotros, hasta ahora, solo vemos vida en la Tierra y no en otros lugares? Esa es la pregunta verdaderamente cautivante”.
El centro Goddard de la NASA proporcionó la gestión general de la misión, la ingeniería de sistemas y la garantía y seguridad de la misión OSIRIS-REx. Dante Lauretta, de la Universidad de Arizona en Tucson, es el investigador principal. Esa universidad dirige el equipo científico y la planificación y el procesamiento de datos de las observaciones científicas de la misión. Lockheed Martin Space en Littleton, Colorado, construyó la nave espacial y proporcionó las operaciones de vuelo. El centro Goddard y KinetX Aerospace fueron responsables de la navegación de la nave espacial OSIRIS-REx. La curaduría de OSIRIS-REx es llevada a cabo en el Centro Espacial Johnson de la NASA en Houston. Las asociaciones internacionales para esta misión incluyen el instrumento de altímetro láser de OSIRIS-REx proveniente de la CSA (Agencia Espacial Canadiense) y la colaboración científica para las muestras del asteroide con la misión Hayabusa2 de la JAXA (Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial). OSIRIS-REx es la tercera misión del Programa Nuevas Fronteras de la NASA, el cual es gestionado por el Centro de Vuelo Espacial Marshall de la agencia en Huntsville, Alabama, para la Dirección de Misiones Científicas de la agencia en Washington.
Para obtener más información sobre la misión OSIRIS-REx, visita el sitio web (en inglés):
https://www.nasa.gov/osiris-rex
-fin-
María José Viñas /Karen Fox / Molly Wasser
Headquarters, Washington
240-458-0248
maria-jose.vinasgarcia@nasa.gov / karen.c.fox@nasa.gov / molly.l.wasser@nasa.gov
Rani Gran
Centro de Vuelo Espacial Goddard, Greenbelt, Maryland
301-286-2483
rani.c.gran@nasa.gov
Share
Details
Last Updated Jan 29, 2025 EditorJessica TaveauLocationNASA Headquarters Related Terms
NASA en español View the full article
-
By NASA
In 2023, NASA Langley’s workforce brought imagination to reality with innovative technological development and a continued commitment to tackling some of the tough challenges that both NASA and the nation face.
NASA At NASA, we aspire to know more, dig deeper, climb higher and along the way we are asking, ‘What if?’,” said NASA Langley Center Director Clayton P. Turner in an introductory message to Langley’s 2023 Annual Report. “Our inquisitive nature propels us on our mission to reach for new heights and reveal the unknown for the benefit of humankind.”
All year, the Langley workforce pondered and planned for a future alongside self-flying drones, aircraft with reduced emissions, air travel that benefits from greater fuel efficiency and space exploration assisted by inflatable heat shields that could give us the ability to carry greater payloads than ever before.
“We invite you to explore all that NASA’s Langley Research Center has to offer — our amazing people, unique capabilities, and legacy of success,” Turner said in his introduction.
Use this link to explore the 2023 Annual Report for NASA’s Langley Research Center.
View the full article
-
By NASA
Este mapa de la Tierra en 2024 muestra las anomalías de la temperatura global de la superficie, es decir, cuánto más caliente o más fría estuvo cada región del planeta en comparación con el promedio de 1951 a 1980. Las temperaturas normales se muestran en blanco, las superiores a las normales en rojo y naranja, y las inferiores a las normales en azul. Una versión animada de este mapa muestra la evolución de las anomalías de la temperatura global a lo largo del tiempo, desde 1880. Descarga esta visualización del Estudio de Visualización Científica del Centro Goddard de la NASA: https://svs.gsfc.nasa.gov/5450.Crédito: Estudio de Visualización Científica de la NASA Read this release in English here.
En el año 2024, la temperatura promedio de la superficie de la Tierra fue la más cálida que se haya registrado, según un análisis liderado por científicos de la NASA.
“Una vez más, se ha batido el récord de temperatura: 2024 fue el año más cálido desde que se empezaron a llevar registros en 1880”, dijo el administrador de la NASA, Bill Nelson. “Entre las temperaturas récord y los incendios forestales que amenazan actualmente nuestros centros y personal en California, nunca ha sido más importante entender nuestro planeta cambiante”.
Las temperaturas globales del 2024 estuvieron 2,30 grados Fahrenheit (1,28 grados Celsius) por encima del promedio para el período de referencia de la NASA (de 1951 a 1980), superando el récord establecido en 2023. El nuevo máximo histórico llega después de 15 meses consecutivos (junio de 2023 a agosto de 2024) de récords de temperaturas mensuales, una racha de calor sin precedentes.
Científicos de la NASA también estiman que en el 2024 la Tierra estuvo alrededor de 2,65 grados Fahrenheit (1,47 grados Celsius) más cálida que el promedio de mediados del siglo XIX (1850-1900). Durante más de la mitad del 2024, las temperaturas promedio superaron en 1,5 grados Celsius el nivel de referencia, y el promedio anual, con incertidumbres matemáticas, podría haber superado el nivel por primera vez.
“El Acuerdo de París sobre el cambio climático establece esfuerzos para mantenerse por debajo del nivel de 1,5 grados a largo plazo. Para poner eso en perspectiva, las temperaturas durante los períodos cálidos en la Tierra hace tres millones de años —cuando el nivel del mar era decenas de metros más alto que hoy— eran solo unos 3 grados Celsius más cálidos que los niveles preindustriales”, dijo Gavin Schmidt, director del Instituto Goddard de Investigaciones Espaciales (GISS, por sus siglas en inglés) de la NASA en Nueva York. “Estamos a medio camino de alcanzar niveles de calor del Plioceno en apenas 150 años”.
Los científicos han concluido que la tendencia al calentamiento de las últimas décadas está siendo impulsada por el dióxido de carbono, el metano y otros gases de efecto invernadero que atrapan el calor. Según un análisis internacional reciente, en 2022 y 2023 la Tierra registró un aumento récord de las emisiones de dióxido de carbono procedentes de combustibles fósiles. La concentración de dióxido de carbono en la atmósfera ha aumentado desde los niveles preindustriales en el siglo XVIII de aproximadamente 278 partes por millón a alrededor de 420 partes por millón en la actualidad.
La NASA y otras agencias federales recopilan regularmente datos sobre las concentraciones y emisiones de gases de efecto invernadero. Estos datos están disponibles en el Centro de Gases de Efecto Invernadero de Estados Unidos, una iniciativa de múltiples instituciones que consolida la información procedente de observaciones y modelos, con el fin de ofrecer a los responsables de la toma de decisiones un único punto de acceso a datos y análisis.
Tendencias de calor excepcional
Las temperaturas de cada año pueden verse influidas por fluctuaciones climáticas naturales como El Niño y La Niña, que alternativamente calientan y enfrían el océano Pacífico tropical. El fuerte fenómeno de El Niño que comenzó en el otoño boreal de 2023 contribuyó a que las temperaturas mundiales superaran los récords anteriores.
La ola de calor que comenzó en 2023 siguió superando las expectativas en 2024, según Schmidt, a pesar de que El Niño remitió. Los investigadores están trabajando en la identificación de los factores que contribuyen a este fenómeno, incluidos los posibles efectos climáticos de la erupción volcánica de Tonga de enero de 2022 y de las reducciones de la contaminación, que pueden cambiar la cubierta de nubes y la forma en que la energía solar se refleja hacia el espacio.
“No en todos los años se van a batir récords, pero la tendencia a largo plazo es clara”, dijo Schmidt. “Ya estamos viendo el impacto en las precipitaciones extremas, las olas de calor y el aumento del riesgo de inundaciones, que van a seguir empeorando mientras continúen las emisiones”.
Cambios a nivel local
La NASA elabora su registro de temperaturas a partir de los datos de temperatura del aire en superficie recolectados por decenas de miles de estaciones meteorológicas, así como de los datos de temperatura de la superficie del mar adquiridos por instrumentos en barcos y boyas. Para el análisis de estos datos, se emplean métodos que toman en consideración el espaciamiento variado de las estaciones de temperatura a nivel global y los efectos del calentamiento urbano que podrían sesgar los cálculos.
Una nueva evaluación publicada a principios de este año por científicos de la Escuela de Minas de Colorado, la Fundación Nacional para las Ciencias, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) y la NASA provee aún más confianza en los datos de temperatura global y regional de la agencia.
“Cuando se producen cambios en el clima, primero se ven en la media mundial, luego se ven a nivel continental y después a nivel regional. Ahora lo estamos viendo a nivel local”, dijo Schmidt. “Los cambios que se están produciendo en las experiencias meteorológicas cotidianas de la gente se han hecho muy evidentes”.
Los análisis independientes de la NOAA, Berkeley Earth, el Centro Hadley (parte de la Oficina Meteorológica del Reino Unido, Met Office) y el Servicio de Cambio Climático de Copernicus en Europa también han concluido que las temperaturas de la superficie global para 2024 fueron las más altas desde que comenzaron los registros modernos. Estos científicos utilizan gran parte de los mismos datos de temperatura en sus análisis, pero emplean metodologías y modelos diferentes. Todos muestran la misma tendencia al calentamiento.
El conjunto completo de datos de la NASA sobre las temperaturas de la superficie global, así como los detalles (en inglés) de cómo los científicos de la NASA llevaron a cabo el análisis, están a disposición del público en GISS, un laboratorio de la NASA gestionado por el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la agencia en Greenbelt, Maryland.
Para más información (en inglés) sobre los programas de ciencias de la Tierra de la NASA, visita:
https://www.nasa.gov/earth
-fin-
María José Viñas / Liz Vlock
Sede, Washington
240-458-0248 / 202-358-1600
maria-jose.vinasgarcia@nasa.gov / elizabeth.a.vlock@nasa.gov
Peter Jacobs
Centro de Vuelo Espacial Goddard, Greenbelt, MD.
301-286-0535
peter.jacobs@nasa.gov
View the full article
-
By NASA
4 min read
Preparations for Next Moonwalk Simulations Underway (and Underwater)
Un detalle de la sonda de detección de impactos de la NASA resalta sus puertos de presión, diseñados para medir los cambios de presión del aire durante el vuelo supersónico. La sonda se montará en el F-15B de la NASA para realizar vuelos de calibración, validando su capacidad de medir las ondas de choque generadas por el X-59 para la misión Quesst de la NASA.NASA/Lauren Hughes Un F-15B de la NASA realiza un vuelo de calibración de una sonda de detección de impactos sobre Edwards, California, el 6 de agosto de 2024. La sonda medirá las ondas de choque del X-59 de la NASA.NASA/Steve Freeman Un F-15B de la NASA realiza un vuelo de calibración de una sonda de detección de impactos sobre Edwards, California, el 6 de agosto de 2024. La sonda medirá las ondas de choque del X-59 de la NASA.NASA/Steve Freeman Un F-15B de la NASA realiza un vuelo de calibración de una sonda de detección de impactos sobre Edwards, California, el 6 de agosto de 2024. La sonda medirá las ondas de choque del X-59 de la NASA.NASA/Steve Freeman Un F-15B de la NASA realiza un vuelo de calibración de una sonda de detección de impactos sobre Edwards, California, el 6 de agosto de 2024. La sonda medirá las ondas de choque del X-59 de la NASA.NASA/Steve Freeman Read this story in English here.
La NASA pronto pondrá a prueba los avances realizados en una herramienta clave para medir los singulares ‘golpes sónicos’ que su avión supersónico silencioso de investigación X-59 producirá durante el vuelo.
Una sonda de detección de impactoses una sonda de datos de aire en forma cónica desarrollada con características específicas para capturar las singulares ondas de choque que producirá el X-59. Investigadores del Centro de Investigación de Vuelo Armstrong de la NASA en Edwards, California, desarrollaron dos versiones de la sonda para recopilar datos precisos de presión durante el vuelo supersónico. Una de las sondas está optimizada para mediciones de campo cercano, capturando las ondas de choque que se producen muy cerca de donde las generará el X-59. La segunda sonda de detección de impactos medirá el centro del campo y recopilará datos a altitudes de entre 5.000 y 20.000 pies por debajo del avión.
Cuando un avión vuela a velocidades supersónicas, genera ondas de choque que viajan a través del aire circundante, produciendo fuertes estampidos sónicos. El X-59 está diseñado para desviar esas ondas de choque, reduciendo los fuertes estampidos sónicos a golpes sónicos más silenciosos. Durante los vuelos de prueba, un avión F-15B con una sonda de detección de impactos acoplada a su morro volará con el X-59. La sonda, de aproximadamente 1,80 metros (6 pies), recolectará continuamente miles de muestras de presión por segundo, captando los cambios de presión del aire mientras vuela a través de ondas de choque. Los datos de los sensores serán vitales para validar los modelos informáticos que predicen la fuerza de las ondas de choque producidas por el X-59, la pieza central de la misión Quesst de la NASA.
“Una sonda de detección de impactos actúa como fuente de la verdad, comparando los datos previstos con las mediciones del mundo real”, dijo Mike Frederick, investigador principal de la NASA para la sonda.
Para la sonda de campo cercano, el F-15B volará cerca del X-59 a su altitud de crucero de aproximadamente 18.000 metros (55.000 pies), utilizando una configuración de “seguir al líder” que permitirá a los investigadores analizar ondas de choque en tiempo real. La sonda de campo medio, destinada para misiones separadas, recopilará datos más útiles a medida que las ondas de choque viajen más cerca al suelo.
La capacidad de las sondas para captar pequeños cambios de presión es especialmente importante para el X-59, ya que se espera que sus ondas de choque sean mucho más débiles que las de la mayoría de los aviones supersónicos. Al comparar los datos de las sondas con las predicciones de modelos de computadora avanzados, los investigadores pueden evaluar con mayor precisión.
“Las sondas tienen cinco puertos de presión, uno en la punta y cuatro alrededor del cono”, explica Frederick. “Estos puertos miden los cambios de presión estática a medida que el avión vuela a través de las ondas de choque, lo que nos ayuda a comprender las características de choque de un avión en particular”. Estos puertos combinan sus mediciones para calcular la presión local, la velocidad y la dirección del flujo de aire.
Los investigadores pronto evaluarán actualizaciones de la sonda de detección de impactos de campo cercano a través de vuelos de prueba, en los que la sonda, montada en un F-15B, recopilará datos persiguiendo a un segundo F-15 durante un vuelo supersónico. Las actualizaciones de la sonda incluyen la colocación de los transductores de presión – dispositivos que miden la presión del aire en el cono – a sólo 5 pulgadas de sus puertos. Los diseños anteriores colocaban esos transductores a casi 3 metros (12 pies) de distancia, lo que retrasaba el tiempo de grabación y distorsionaba las mediciones.
La sensibilidad a la temperatura de los diseños anteriores también presentó un desafío, ya que provocó fluctuaciones en la precisión cuando cambiaban las condiciones. Para solucionar esto, el equipo diseñó un sistema de calefacción para mantener los transductores de presión a una temperatura constante durante el vuelo.
“La sonda cumplirá los requisitos de resolución y precisión de la misión Quesst”, afirmó Frederick. “Este proyecto muestra cómo la NASA puede tomar tecnología existente y adaptarla para resolver nuevos desafíos”.
Share
Details
Last Updated Dec 13, 2024 EditorDede DiniusContactNicolas Cholulanicolas.h.cholula@nasa.gov Related Terms
Advanced Air Vehicles Program Aeronáutica Aeronautics Aeronautics Research Mission Directorate Armstrong Flight Research Center Commercial Supersonic Technology Low Boom Flight Demonstrator NASA en español Quesst (X-59) Supersonic Flight Explore More
3 min read Atmospheric Probe Shows Promise in Test Flight
Article 2 days ago 3 min read NASA Moves Drone Package Delivery Industry Closer to Reality
Article 3 days ago 3 min read Learn More About NASA’s UTM BVLOS Subproject
Article 4 days ago Keep Exploring Discover More Topics From NASA
Armstrong Flight Research Center
Aeronautics
Supersonic Flight
NASA en español
Explora el universo y descubre tu planeta natal con nosotros, en tu idioma.
View the full article
-
-
Check out these Videos
Recommended Posts
Join the conversation
You can post now and register later. If you have an account, sign in now to post with your account.
Note: Your post will require moderator approval before it will be visible.